martes, 25 de mayo de 2010

El Ciclo Bicentenario: oportunidad irrenunciable para el logro de la independencia.

Pre-ensayo sobre la concreción filosófica del socialismo venezolano y el Plan “Simón Bolívar” en el contexto bicentenario.

El cercano 19 de abril de 2010 se inicia un ciclo de las festividades y conmemoraciones más importantes de la historia republicana de Venezuela. Ya el comandante Hugo Chávez Frías ha anunciado el llamado Ciclo Bicentenario hasta el 2030 (VTV, 2010), durante el cual, casi a diario, se celebrarán o conmemorarán los 200 años de trascendentales eventos de la independencia. Además de ello, no serán sólo un conjunto de actividades cívicas-militares de días feriados (como en la cuarta república); por el contrario, se vienen una serie de medidas en base a decisiones políticas que orientarán al país en todos los ámbitos, según los lineamientos del Primer Plan Socialista “Simón Bolívar” 2007-2013 en primera instancia, y luego, del segundo y tercer Plan Socialista, en la etapa de profundización del proceso revolucionario.

Debido a esto, se hace apropiado durante el Ciclo Bicentenario, el análisis sobre la vigencia y la adecuación contextual del pensamiento filosófico revolucionario de la independencia en nuestros días, en función de generar la discusión social que nos abone el terreno para la organización y sistematización del pensamiento socialista bolivariano en el siglo XXI venezolano.

El Primer Plan Socialista para el desarrollo económico y social de la nación “Simón Bolívar” 2007-2013 está fundamentado en la referida vigencia que posee el pensamiento humanista de los libertadores, adaptado a la realidad continental del siglo XIX desde la Ilustración (Guadarrama, 2008); por ello, en el plan reposan las líneas de esa doctrina filosófica hispanoamericana que nos llevó a iniciar la lucha emancipadora hace 200 años. Sin embargo, es importante esclarecer que el plan estratégico nacional tiene la responsabilidad documental de aproximarnos al socialismo venezolano, pero no es responsable de definir la arquitectura de dicha doctrina; esto, por muchas razones que podríamos discutir en lo adelante.

En primer lugar, el Plan Socialista “Simón Bolívar” es un plan estratégico de la nación, en base al cual deben establecerse los diversos planes (estratégicos, funcionales y operativos) de todas las instituciones del gobierno y del estado. Un plan estratégico indica, revisado según los componentes del plan de gestión, las acciones que se deben tomar en el tiempo, para que nuestros objetivos tengan correspondencia con la visión estratégica (Cortadellas, 2005). En el caso de Venezuela, esa visión es establecer en el país una “forma de vida” socialista propia, según la doctrina del pensamiento iniciada hace 200 años, sin establecer a detalle ni conceptualmente como debería “vivirse” esa “forma de vida”.

Por otra parte, la primera directriz del plan se dirige a la generación de la Nueva Ética Socialista, que son y serán los valores axiológicos nuevos del nuevo socialismo. Esto nos lleva a insistir en la estructuración de un cuerpo doctrinario (que será fluido y flexible por motivos sociológicos) para el nuevo socialismo, en función de que se siembre en la ética de nuevo ser, el árbol de las 3 raíces de nuestra “forma de vida” escogida.

En base a estos factores, se podría pensar que se alteró el orden de las acciones (primero el plan y luego el sitio al cual nos dirige el plan) o que marcamos un camino hacia un sitio “pseudo-desconocido”. Nuevamente Guadarrama (2008), expresa la importancia de los procesos sociales en la creación de modelos filosóficos, explicando el surgimiento de éstos a raíz de la determinación de su necesaria presencia ante el fenómeno social. De allí, que el cuerpo doctrinario surja de las discusiones sociales que tratan de explicar el proceso, y tenga además la responsabilidad de exponerlo, sirviendo de aparato filosófico para su sustentación.

El compás de discusión social fue aperturado hace 200 años, probablemente no el 19 de abril de 1810, sino unos años atrás. Podríamos establecer el inicio del Ciclo Bicentenario de la generación del ideario que provee hoy al socialismo bolivariano, tal vez, en el 15 de agosto de 2005 (200 años del juramento en el Monte Sacro); mientras que, en lo referente al Bicentenario de las acciones de influencia definitiva en el inicio de la independencia buscada, el 3 de agosto de 2006 (200 años del desembarco en la Vela de Coro por parte de Miranda), podría ser una fecha adecuada.

Este Ciclo Bicentenario está llamado y nos está llamando a concretar la discusión social y a dejar las disputas internas, para darle paso a los objetivos originales de la emancipación. Antes de 2030, Venezuela debe obtener su independencia, nuestra independencia. Un cuerpo teórico, filosófico y humano que sustente y fortalezca el socialismo bolivariano, será estructurado durante el presente ciclo, revestido de la mayor importancia histórica que tendrán nuestros hijos la capacidad de revisar. Es por ello que, tanto política, filosófica como historiográficamente, debemos establecer objetivos y metas acordes con el plan vigente y los planes venideros; a saber:

- Es de vital importancia para el proceso obtener el apoyo electoral para establecer la mayoría legislativa, con asambleístas de alta formación política-ideológica que evite el vuelco partidista, para lo que será el ciclo de la Asamblea Nacional (primera parte del Ciclo Bicentenario) en el cual serán discutidas las leyes de mayor trascendencia para el proyecto bolivariano.

- Se hace necesaria la fundamentación filosófica y la profundización de los aportes en esta materia, para el avance científico de la doctrina bolivariana y bolivarianista.

- Para ello, la revisión del ideal bolivariano, el estudio concienzudo y el análisis profundo de Simón Rodríguez como padre de nuestra filosofía, la referenciación de los aportes estratégicos de Miranda y Sucre, y todos los documentos del Ciclo Bicentenario, deben considerarse y adecuarse como raíces o insumos (según sea el caso) de la escuela bolivariana socialista para el siglo XXI venezolano, integrado al continente nuestroamericano.

La adecuación debe radicar básicamente en contextualizar el pensamiento en estos 200 años, para no caer en algunos choques históricos, como tratar de hacer que Bolívar hable de marxismo, o que Rodríguez explique los efectos de la guerra de IV generación; esto nos toca cerrarlo a nosotros.

En el ciclo anterior a este Bicentenario (finales del siglo XX) se superó la discusión sobre la lucha entre humanismo y positivismo (explicada por Sasso, 1998), dando apertura a la consolidación continental del humanismo socialista que tomará holísticamente, lo que lo sea provechoso del positivismo, pero marcando la clara distinción en cuanto a la rectoría en el pensamiento. Estos 200 años de lucha por la independencia que será conseguida en este ciclo, serán sellados por su cierre en 2030, con el fin de dejar las herramientas que plenarán de luz los suelos del futuro, para Venezuela y el continente; es dado a esto que, el objetivo principal de libertad e independencia en estos años, es un hecho irrenunciable para los venezolanos.

Referencias.

Venezolana de Televisión (2010, febrero 4). [Página web en línea]. Disponible: http://www.vtv.gob.ve/noticias-nacionales/29699 [Consulta: 2010, marzo 14].
Cortadellas, J. (2005). Proceso de planificación estratégica. [Documento en línea]. Disponible: http://www2.ufro.cl/plan2005/docs/Proceso_PlanifEstrategica.pdf [Consulta: 2010, marzo 13].
Guadarrama González, Pablo. (2008). Pensamiento filosófico latinoamericano: humanismo vs. Alienación. Carcas: El perro y la rana.
Sasso, Javier. (1998). La filosofía latinoamericana y las construcciones de su historia. Caracas: Monte Ávila.


Engel Salazar Aguirre
Marzo, 2010

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